XR en accion por el consumo consciente

La industria de los alimentos y del transporte son responsables de la mayor cantidad  de  emisión de gases de efecto invernadero. La forma en la que producimos, distribuimos y comercializamos genera una cadena de extracción de recursos naturales que están impactando de manera muy negativa los ecosistemas que sostienen la vida, además, en su proceso por controlar los mercados, son también responsables de la destrucción de comunidades, pues requieren someter a la población a una lógica de mercado laboral que disuelve los arraigos comunitarios que pudieran apelar por la defensa de sus territorios y costumbres. La destrucción de valores comunitarios, mediante la introducción de esquemas de economía de mercado, estandariza todos los procesos de consumo, por lo que se pierde la divesidad bio cultural de los pueblos, pues lo que no se uniforma a sus metodos, se convierte en un peligro, en un factor que atenta contra los mercados financieros y sus estructuras de poder. La homologación de formas de vida capitalista desea que cualquier aspiración esté enfocada a consumir sin importar los impactos socioambientales negativos que genere, lo único que importa es vivir la fantasía de que no hay límites en el crecimiento y por lo tanto consumir es sinónimo de éxito y pertenencia a un mundo donde el confort y el espectáculo son los elementos que la sociedad de consumo expresa como principal meta social.

Esta industria, sin embargo, envenena la tierra y envenena al ser humano, además de despreciar la vida de animales y plantas que únicamente son contemplados como recursos al servicio del mercado devorador.

En XR México estamos conscientes de que debemos modificar nuestros hábitos de consumo, por ello es necesario generar consciencia en las personas sobre lo que consumimos. La alimentación está directamente relacionada con la concepción que tenemos acerca de la vida y nuestra interrelación con el  cosmos.

Esta acción se inscribe dentro de muchas más que haremos para denunciar la cadena de mentiras y el ocultamiento que empresas de alimentos chatarra hacen y, también, evidenciar a las tiendas de supermercados de ser partícipes de este proceso de destrucción socioambiental que estamos viviendo y, por supuesto, de la responsabilidad extendida en el deterioro de salud que padecemos en el país.

Es un llamado a generar consciencia a todos aquellos que deseen romper esta cadena de dependencia consumista y voltear a ver que hay otras formas de consumo, otras maneras de relacionarnos con los alimentos, de que somos capaces de crear redes solidarias de producción y distribución de alimentos, de que podemos comenzar a trabajar en la autogestión y la autosuficiencia, bajando así nuestra huella hídrica y de carbono y, por ende, que tenemos la fuerza para que el dinero que generamos o, para decirlo de otra manera, el poder que sale de nuestros bolsillos es capaz de transformar la cadena extractivista por una cadena de valor que nos haga ser más responsables y empáticos con el medio ambiente.

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